Vivir Alternativamente: Descubre la Mejor Versión de Ti Mismo
- terapia boutique
- 3 abr 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 1 ago 2023
Por: Daisy Núñez, Terapeuta Sistémica

Hay libertad esperando por tí en las brisas del cielo, tú preguntas “¿y si me caigo?”, pero, oh cariño, “¿y si vuelas?”
- Erin Hanson
Como seres humanos, a todos nos toca comenzar a recorrer nuestras vidas por un
camino. Sea que hayamos elegido libremente el nuestro o no, es inevitable orientarnos
hacia ciertos espacios y temas, priorizando algunos aspectos de nosotros mismos sobre
otros. Pero, cuando esto se convierte en una práctica inflexible que no da lugar a la
duda, la autorreflexión, la creatividad o la reinvención, terminamos dejando de lado
otras alternativas de vida que pudieran ser aún más satisfactorias para nosotros.
En mi experiencia, considero que esto se debe a que muchas veces confundimos la
costumbre con nuestra identidad. En mi caso particular, durante buena parte de
mi vida adulta me he percibido como una profesional “multitasker”; disfrutando el
manejar varias cosas a la vez para ser más eficiente y proactiva. No fue hasta atravesar
un proceso de salud complejo que me di cuenta de que este estilo laboral era tan sólo
eso: un estilo, un hábito; pero que no definía quien yo era. Hoy en día, aunque aún
aprecio la diversidad en lo laboral, no considero que disfruto la intensidad que viene con
ser multitasker como lo hacía antes.
Cuando asumimos ciegamente que todo lo que hacemos a diario (trabajar
sin descanso, perder los estribos fácilmente, mostrar temor ante cualquier
cosa, controlar a los demás, etc.) nos define como personas, perdemos la
oportunidad de conocer quiénes somos más allá de nuestros estilos y
hábitos, y con qué recursos personales contamos. Retomando mi caso, el haber
atravesado por un largo período de dolor me permitió ver que había enterrado por años
cualidades y habilidades personales como el ser tranquila y callada, el conectar
profundamente con mis necesidades, la creatividad artística y el “bloggear”; las cuales,
al volver a cultivarlas, han enriquecido enormemente mi vida en esta temporada.
Para mí, muchas personas parten de este mundo sin saber quiénes eran en realidad o
qué deseaban alcanzar en sus vidas. Se van sin conocer todo el potencial que tenían
dentro, no sólo para alcanzar metas sociales, sino para ser felices. Estas personas
comenzaron sus vidas con muchos sueños y anhelos, pero los fueron dejando a un lado
para dar lugar a las urgencias del momento. El vivir de esta forma, sin cuestionarnos o atrevernos a ver más allá de donde estamos, nos mantiene constreñidos en una versión de nosotros mismos que ya no nos funciona, que nos queda pequeña.
En mi caso, tomó una experiencia dolorosa para llevarme a reflexionar sobre quién era y
cuáles eran mis recursos internos; para analizar mi historia de vida con mayor
detenimiento, en búsqueda de mi verdadera esencia. Pero no todos tenemos que
atravesar por un proceso traumático para conocernos mejor. Es sólo cuestión de
disponernos a reflexionar sobre nuestras historias con una mayor intencionalidad;
sabiendo que todo lo que necesitamos ya está dentro nuestro... aunque quizás un
poco escondido.
A continuación, les comparto algunos tips que me ayudaron a conocerme mejor y
decidirme a vivir una versión alternativa de mí misma.
1. Reconocer nuestras fortalezas
El hablar sobre la importancia de identificar nuestras fortalezas puede sonar algo cliché.
Miles de libros de autoayuda sugieren esta actividad una y otra vez, al punto de que la
recomendación puede perder el sentido para nosotros. Pero existen al menos dos
razones por las cuales los autores, coaches y psicólogos insistimos en el reconocimiento
de nuestros puntos fuertes: 1) porque el reconocerlos trae buenos resultados y 2) porque
se nos olvida constantemente hacerlo.
Los seres humanos tendemos a enfocarnos con mucha frecuencia en lo que
no podemos hacer, al punto de no recordar lo que sí podemos. Identificar
nuestras cualidades, conocimientos y habilidades, principalmente aquellas que han
quedado en el olvido con los años, puede abrir nuestros ojos a nuevas posibilidades de
ser felices y productivos. Estas fortalezas pueden verse como ser empáticos o serviciales,
tener habilidades de organización y planificación, hablar varios idiomas o haber
realizado un curso técnico en cualquier área.
El identificarlas puede llevarte entonces a enriquecer tu vida mediante la readopción de
un hábito, el cultivar una cualidad personal, desarrollar un nuevo proyecto de
emprendimiento o simplemente apoyarte en una capacidad olvidada para resolver un
problema en la actualidad. Sea lo que sea, lo importante es que el reactivar estas
fortalezas traiga un mayor nivel de satisfacción y bienestar a tu vida.
2. Recordar nuestras victorias
A todos nos toca librar batallas a diario, unas más pequeñas y otras más grandes. Y ese
constante afán puede llevarnos a olvidar que hemos triunfado sobre la adversidad en el
pasado y, por lo tanto, podemos volver a hacerlo en el presente. Puede que en el pasado
te haya tocado atravesar por pérdidas, crisis económicas, enfermedades, dificultades
laborales o académicas, separaciones traumáticas, etc.; pero de alguna manera lograste
sobreponerte de la situación y salir adelante. Esa capacidad resiliente todavía reside en
tí, y puedes apoyarte en ella para enfrentar tus desafíos actuales. Recuerda: TODOS los
seres humanos tenemos historias de éxito, pero sólo ALGUNOS somos
intencionales en recordarlas en el momento oportuno.
Reflexiona por un momento sobre esos desafíos de tu pasado, de los cuales pensaste que
no saldrías vivo para contarlo: ¿Cómo pueden estas experiencias iluminar tu situación
actual? ¿Qué lecciones de vida te dejaron? ¿Qué aprendiste sobre tí mismo? Piensa
detenidamente sobre estas preguntas, pues puede que la respuesta a tu problema del
presente esté escondida en tu pasado.
3. Retomar nuestros sueños
Ser pintores, médicos, veterinarios, cantantes, deportistas, comunicadores,
madres/padres...todos estos son sueños típicos de la niñez y la adolescencia. Algunos,
tienen la dicha de dedicarse hoy en día a lo que una vez soñaron. Pero otros, para bien o
para mal, no hemos corrido con la misma suerte. Puede que algunos de tus sueños
de juventud ya no resuenen contigo y que te sientas aliviado de que no se
hayan hecho realidad. Sin embargo, es posible que unos cuantos todavía
sigan enterrados dentro de tí, esperando a ser rescatados del olvido.
Quizás, el hacerlos realidad tal cual los soñaste en aquel entonces no sea factible debido
a tu edad, tu nivel de destreza, tu situación económica o de salud, etc. Pero, a pesar de
esto, puede que una versión de ellos sí lo sea. Por ejemplo, uno de mis sueños de
adolescencia fue el de ser fotógrafa. Me fascinaba la fotografía, principalmente la
fotografía periodística, y deseaba aprender a nivel profesional sobre ella una vez
culminara el bachillerato. Lamentablemente, dedicarme a esta profesión no era realista
de cara a mi situación económica en aquel entonces, pero eso no ha impedido que
persista en apreciar el trabajo de otros y en esmerarme lo más que puedo en tomar las
fotografías de mi día a día.
Considerando esto, te invito a meditar sobre cuáles sueños del pasado viven aún dentro
de tí y qué está a tu alcance hacer para revivirlos y disfrutarlos en el presente.
En conclusión, vivir alternativamente se trata de apostar todo a nuestro bienestar
emocional. Tiene que ver con no dejarnos limitar por la costumbre, el “qué dirán”, las
expectativas no realistas y los planes inflexibles, y mas bien atrevernos a visionar una
versión de nosotros más creativa, más productiva...más feliz. El vivir
alternativamente consiste en hacer una pausa en nuestras vidas para, con
compasión e intencionalidad, buscar y encontrar valor en nuestras propias
historias.
Existe más de una manera de ser nosotros mismos y cada una de ellas vive en nuestro
interior.
Y para tí, ¿Qué significa vivir alternativamente?
***
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